Hace algún tiempo escribí una historia en un avión basada en una muchacha que había visto mientras abordaba. Desde que la vi, note en ella una tristeza difícil de disimular. No pensé que fuera a ningún lado con las pocas ideas que escribí, pues de la muchacha solo tenía su expresión que me cautivo pero nada mas. Así que para matar el aburrimiento incorpore un poco de mis sentimientos en algún momento y cree una historia que ahora que la leo después de tiempo me causa risa, por que el que la leyó en esos momentos se asusto al darse cuenta de que talvez yo podía….Morir….La razón por la cual volví a sacar a relucir esta historia es por que un buen amigo mió le gusto mucho la trama y me pidió que se la volviera a mandar para ver mi potencial entonces, me agrado el hecho que el se acordara aun de aquella historia pero aun mas que se hubiera relacionado con ella.. Espero les guste por que para ser honesta a mi no mucho.. Son tan solo ideas causadas por un largo viaje…
Era difícil entender lo que pasaba por su mente en esos momentos. Pensaba en Lorenzo, con la sensación de que nunca se había apartado de ella. Mas era consiente que lo acontecido la noche anterior habría de cambiarle la vida para siempre. –Te vas?- pregunto Francesca un poco inquieta, esperando no escuchar lo que su corazón tanto aborrecía. – Hace mucho que no estoy acá y aun no lo percibes.- contesto Lorenzo con tal frialdad que Francesca quedo sorprendida que este fuera el mismo hombre que la había enamorado tiempo atrás ----Acaso no entiendes que yo sin ti me muero?--- respondió Francesca con un afán vano de retenerlo para siempre en su vida. Lo que ellos no comprendían aun y que mas adelante la vida se encargaría en recalcarles era que ellos se complementaban, eran el uno para el otro y que por cosas pasajeras de la vida y el destino propio estaban acabando con lo único que sobrepasaba la muerte “ su amor”.
Francesca era una joven común y corriente. A sus escasos 22 años de edad veía la vida de tal manera que siempre terminaba preguntándose si talvez ocupaba el cuerpo de otro mortal. Era una joven enamoradiza, siempre viendo la bondad de las personas, solía decir “no hay gente mala solo dañada por los hechos” . Viva justificando a los demás y muchas veces olvido su propio lugar en el mundo por andar en andanzas. Más cuando Francesca conoció a Lorenzo su vida cambio por completo. Le encontraba la magia a los secretos de una flor, entendía el olor oculto de los girasoles en las mañanas de abril, hasta el mas mínimo detalle era razón de recuerdo hacia el y este hecho tan vano la hacia sumamente feliz. Empezó a arreglarse un poco más, a soltarse el cabello y a dejar de usar esas enormes gafas que ocultaban la hermosura de sus ojos. Detalles todos muy mínimos que empezó a notar desde que el la empezó a notar a ella. Dedico su vida a amarlo solo y devotamente a el sin siquiera pensar si el estaba dispuesto a ese mismo hecho.
Por su lado Lorenzo era un joven callado y muy apartado de los demás. Era fiel amante de la literatura Francesa y sus escritos, su pasión por la música clásica era inconfundible la cual era detestada por Francesca “ En la música se percibe el gusto del humano” mas con Francesca hizo una excepción aun que solía decir esto para fastidiarla a ella. Cargaba consigo mismo aquel reloj de prendería que era más antiguo que su edad y aquella camisa de Bajo fondo Tango Club que no se quitaba ni por desubicacion. Para el, el hecho que Francesca estuviese con el era un acto sub.-real. Había estado en varias relaciones previas de las cuales lo único que recordaba era el buen sexo que existía, la lujuria que salía de sus poros pero que al final quedaba solo en eso en puro placer. No había base, cariño y mucho menos amor y este hecho lo dejaba mas vació aun al final de cada encuentro pasional. Mas con Francesca había una mezcla esencial que no había encontrado en las sabanas de otras. Había pasión mucha pasión una pizca de ternura pero sobre todo amor lo cual hacia que el quisiera mas de ella cada vez mas. Desde el primer momento que sus ojos se encontraron entendieron los designios que el destino tenia preparada para ellos. Se habían buscado muchas veces antes sin siquiera saber que existían. Era algo que se salía de contexto y ese solo hecho era razón suficiente para no cuestionar nada.
Volvió del mundo en el cual se había encontrado aislada, sus pensamientos. Pensaba en la forma en la que lo recordaba mientras las lágrimas brotaban por su rostro. La tristeza que sentía no era la usual pues esta vez sentía un enorme vació el cual no lograba llenar. Recordó las últimas palabras de Lorenzo -Se acabo, no mas , hicimos demasiado de nada-. Sin entender siquiera a que se refería – mucho de nada- pensaba Francesca aquellas palabras resonaban como una melodía cruel en su mente. No podía concebir la idea que todo lo construido con esfuerzo y cariño fuera patiado y saciado como basura. Era incomprensible lo que acaba de acontecer. Y fue entonces que las que las preguntas a su vida empezaron a surgir, se vio involucrada en un dilema que ella no escogió. No entendía como había terminado siendo la protagonista de aquella saga. En su vida hasta el momento no había acción o situación que no lo involucrara a el. Se sentía perdida como si las riendas de su vida las tuviera alguien más.
Decidió entonces recostarse para tratar de disipar las penas , no hacia mas que pensar en lo que había fallado y este hecho le causaba un sueño increíble. Puso un poco de música y decidió escapar en sus sueños de aquel mundo cruel el cual habitaba, después podría retomar el rumbo de la situación y talvez sobrellevarla pero por ahora solo quería olvidar. Cuando despertó Francesca tuvo la leve sensación que había dormido siglos, un poco confusa busco saber en que universo paralelo se encontraba. Recordó entonces los transcursos que la llevaron a dormir y quiso recordar si todo era una mala jugada del destino o en su defecto en verdad se encontraba tan aislada y sola como se sentía, pero sobretodo quiso entender si en verdad se encontraba sin el, cuando pudo percibir que su mente no le jugaba una sucia pasada la melancolía se volvió a apoderar de ella. Había dormido por lo menos 6 horas mas, en ese tiempo no logro sino ahogar las penas hasta el momento que tuviera que enfrentarlas de nuevo. Tenia que tomar una decisión o mas bien continuaría y acabaría con lo que había comenzado antes de que Lorenzo se hubiera entrometido en su vida. Acabaría de manera sabia con el problema empezando desde su raíz y así seria imposible de sufrir y derramar una solo lágrima más. Encendió unas cuantas velas, el aroma a vainilla le causaba una sensación de hogar, cogio un papel y derramo su vida ante ellas y la cerro con las ultimas palabras que no alcanzaría a decir jamás para que así el que recibiera sus últimos pensamientos entendiera el motivo de su decisión. “El amor es el significado último de todo lo que nos rodea. No es un simple sentimiento, es la verdad, es la alegría que está en el origen de toda creación” En la parte del frente puso las iniciales del destinatario *L.B*. Pensó en lo que venia no sentía miedo, mas bien la serenidad que su ámbito despertaba le daba la seguridad de que iba a ser era lo correcto. Su vida se había culminado de eventos que revolvían alrededor de Lorenzo sin el la vida perdía sentido pues el le había enseñado los tesoros escondidos y había olvidado mostrarle la oscuridad de su alma.
Había escuchado de las muertes por cianuro y siempre pensó que si moría no seria por amor. Era enloquecedora la idea y siempre desecho a aquellos que cometían ese tipo de delirio bajo la influencia de algo que ella no consideraba tan valioso. Más Francesca entendía alo que había llegado su vida y sentía pena por si misma pues terminaría igual que aquellos que consideraba locos pero que en esos momentos eran sus más fieles aliados. Sirvió el vaso a media hasta como era usual a esa hora, cogio el frasco de cianuro y lo observo muy cuidadosamente su vida estaba en sus manos y ella podía decidir si tomarla o continuarla. No medito mucho la idea de lo que iba a ser, estaba decidida. Abrió la botella y cerro los ojos mas sintió el olor fulminante e indescriptible de aquella época y fue hay que entendió que debía morir. Se arrecosto en la cama y cogio la copa son ambos manos tan fuerte como si estuviese apretando su alma, miro el reloj y noto que eran las 6:20am su hora favorita tomo el anillo de compromiso de mano y ce apresuro a desecharlo en la copa de inmediato noto el efecto del cianuro y le causo cierta risa incógnita que le apresuro sus ansias por seguir. Bebió lentamente lo que seria los últimos aires de su vida y se dio cuenta que si no se apresuraba la tortura seria mas larga. Cuando acabo no sintió nada más que el sonido turbio de los carros pensó si eso era lo que se sentía morir y rió cínicamente. Fue entonces que empezó a notar los efectos enloquecedores del cianuro se sintió ahogada y por unos momentos quiso ayuda mas entendió por una buena vez que ese era su destino el cual se había detenido por la presencia de aquel individuo. Sabía que la vida le cobraría cuentas tarde que temprano. El morir por amor era un hecho que no esperaba en su vida y con el pasar del tiempo entendió que no había necesidad de morir triste. Valía la pena, era parte de la vida y así lo veía. Cerro los ojos para siempre con el recuerdo perplejo de aquel amor de pueblo que dejaba atrás y mientras moría deseo en lo infinito volver a encontrarse con el así fuera en un sueño así no fuera nunca mas…
